Fueron meses raros en los que nuestra principal actividad y razón de ser, pintar murales en hospitales, se vio de repente paralizada. Pero no paramos. Parar no va con nosotras. Nuestro nombre viene de una frase que se repite por decenas en grafitis alrededor del mundo: «If nothing else, Believe in Art». Y eso hicimos, seguir creyendo en el arte, a pesar y precisamente, por el virus.

Concurso de ideas, recepción de ilustraciones, concursos entre nuestros mayores y mucho trabajo internos para coger carrerilla en temas como el marketing, por ejemplo ocuparon nuestro tiempo, pero lo que nos gusta es pintar, pintar y pintar. Ir a hospitales saturados de personal estresado y de pacientes covid no era viable, pero recibimos un mail, un mail que rebosaba respeto por nuestro trabajo y cariño, hacia nosotras y hacia el suyo. Era de las responsables del Juzgado de Menores. «Sabemos que pintáis hospitales, y esto no lo es, pero por aquí pasan niños con miedos, incertidumbres, es necesario que nos ayudéis a logar un espacio en el que ellos sientan el cariño, y se sientan relajados. Hay que lograrlo a través del arte». Si ellas lo tenían tan claro, que a través del arte podíamos lograrlo, ¿cómo íbamos a decirles que no? Asi que en cuanto nos dejaron salir de nuestras casas allí nos plantamos, con un andamio de más de 4 mts, la artista seleccionada, Rocío gallardo (@rocholica) y nuestro alumno de Bellas Artes en prácticas de la Universidad de Teruel para darle calor y color a una zona nueva, recién pintada para nosotras.

El resultado, del que os hablará mas adelante la propia Rocío no puede ser más adecuado. Es sencillamente perfecto. Y por eso no quiero añadir más, porque será ella quien os cuente. Mientras, una imagen vale más que mis mil palabras.